Siempre me interesaron las obras que parten de un concepto visual, así que supe desde un comienzo que mi obra tendría un aire abstracto. Pero no llegué hasta el concepto actual hasta investigar un poco sobre las obras que me habían parecido interesantes en otros años, y entre ellas estaba la idea de tratar a la obra como un individuo independiente, donde el usuario no solo debe comprender cómo interactuar con la obra sino entender lo que la obra “quiere”.

Desde hace unos años comencé a tenerle cierta aversión a los comentarios negativos o despectivos a otras personas (y a mí, claro) referidos a cuestiones que mayormente son ajenas a uno, o que uno no puede cambiar fácilmente, en específico de lo físico/corporal. Esa molestia (que no solo la he sentido yo, sino que estoy acompañado por millones y millones de personas) quise darla vuelta, y con información tan real como severa, proponer un espacio de reflexión, de comparación al pasado, y quizás, con suerte, de cambio.

Las teorías científicas que estudian los universos paralelos, teoría de cuerdas y realidades alternas me resultan sumamente interesantes; también la capacidad del arte de generar diferentes obras partiendo de los mismos elementos. Pensar en que cada acción realizada por el artista, genera resultados al igual que las acciones que son descartadas, me ayudó a comprender la magnitud del mundo artístico, así cómo la importancia de la figura del público y sus múltiples interpretaciones.

La idea de investigar sobre el rol de la interfaz en la relación con la construcción de lo que nos rodea, surge de la imposibilidad de separarnos de las tecnologías que utilizamos diariamente. Con el avance tecnológico, tanto nuestro cuerpo como nuestros sentidos se fueron sumergiendo cada vez más en nuevas experiencias. A partir de esto me pregunté de qué manera puede afectar esta forma de relacionarnos con los diferentes medios tecnológicos a nuestra propia concepción de realidad, lo que construimos y percibimos.

Desde muy chica me caracterice por defender lo que pensaba y con ello, mis ideales. Empecé a descubrir, a lo largo de varios años, que el arte era una herramienta que me servía para poder expresar mis más profundas convicciones. Desde 2015, año que me vine a estudiar, recurrí a mi primera marcha con el lema “Ni una menos” y comencé a frecuentar espacios donde se luchaba por los derechos de las mujeres. Hoy mi tesis refleja esos años de lucha y la necesidad de que se escuchen nuestras voces.

Siempre me interesó y me parecieron importantes los temas relacionados con lo social, es por esto que siempre supe que mi tema de tesis iba a estar relacionado con algo referido a las diferencias sociales, después de haber cursado una materia de cuarto año empecé a pensar en trabajar con la identidad, más específicamente con la identidad de género. Hay mucha desinformación sobre el tema y es por esto que a las sociedades les cuesta aceptar o incorporar nuevos conceptos.

Siempre me interesó profundamente la literatura y eso me llevó a escribír desde chico, y a cursar cerca de dos años y medio de Licenciatura en Letras.

Mis años en Multimedia me llevaron a especializarme en Modelado 3d (con Blender) y en Animación. Mis intereses a nivel teórico pasan por la Filosofía del Lenguaje y la Teoría de Medios; y, en el plano artístico, busco en general incorporar las temáticas del sueño, las estructuras y el lenguaje.

En última instancia, busco hacer énfasis en experimentar con dístintos tipos de narrativas, dado que las imagino la pieza fundamental de cualquier tipo de realidad.

Desde muy chica mi familia me inculcó lo importante que es mantener el vínculo con los que ya no están: Las visitas al cementerio todos los domingos, las flores, las charlas, las anécdotas siempre presentes. Vivir la muerte no cómo una pérdida, sino cómo una nueva etapa de la vida. A raíz del contexto pandemia, me pareció sumamente interesante cómo la transformación digital y el uso de los registros que dejamos en la virtualidad se ponen en función a la necesidad de crear espacios de despedida uniendo planos, haciéndonos sentir más cerca.

Crecí en paralelo con las redes sociales. Desde mis primeros pasos en el mundo digital fuí moldeado por los diferentes paradigmas de representación ofrecidos por las redes del momento. Fotolog; MySpace; Facebook; Tumblr; Instagram y Tiktok son en parte responsables de la forma en que nos presentamos, recordamos y autopercibimos; representamos y entendemos en una sociedad digital(izada) en permanente mutación y crecimiento. A pesar de tantos cambios y solapamientos de redes, vemos que éstas funcionan como corsets de representación, plantillas de personalidad: formas de encontrar la aceptación, afectando desde lo que decimos hasta nuestro lenguaje no verbal. Veremos que nuestra performance mediática amateur cimienta un conjunto de valores que está forjando el futuro de la cultura.

Sus intereses se enfocan en el sonido, la música y los idiomas. Desempeñó el rol de programador y diseñador en diversos proyectos interactivos como videojuegos, experiencias de realidad virtual e instalaciones. Realizador del diseño sonoro de varias producciones audiovisuales. El proyecto Aguyje Angirũ, en el que trabaja actualmente, ha sido en gran parte inspirado por su ascendencia paraguaya.

¿Qué sucedería si se juntaran un fanático por los videojuegos, un programador principiante y un dibujante de personajes originales?

Desde mi niñez me facinó el mundo de los videojuegos, de sus historias, de su arte, y principalmente de poder crear experiencias y mundos que superasen a mis expectativas, mundos donde la imaginación era el límite. Y cree No Requiem para intentar darle ese cariño y esa fascinación que siento por los videojuegos al resto del mundo.

Todos jugamos a distintos juegos, la diferencia es que yo decido a cual jugar.

Y hablando sobre juegos ¿Tenes lo necesario para jugar a Nor Requiem? Solo hay una forma de averiguarlo...

Desde chico siempre en contacto con el sonido. Recuerdos de estar en la radio de mi padre, de mi mini grabador a cassette hasta los estudios posteriores. Es algo que me atrapó y atrapa en todo sentido, algo que disfruto con los ojos cerrados. En esta obra se plasma lo que venía imaginando e ideando desde hace tiempo. Siempre tuve en claro que el sonido sería mi material principal para manipular y moldear. La ambientación fue pensada estéticamente acorde a lo que quería transmitir, para poder acompañar al sonido y no sacarle protagonismo. Siento que lo visual acapara mucho la atención y deja en segundo plano los sentidos que quería explorar.

Pasé toda mi vida rodeado de computadoras y siempre me intrigaron: cuando era chico, me era imposible entender cómo podían hacer tantas cosas (ni mucho menos cómo alguien podía instruirlas). En Diseño Multimedial pude ver las formas en las cuales el diseño, el arte y las computadoras se vinculan.

Mi obra tiene la intención de poner en diálogo todo lo que aprendí a lo largo de estos años, además de crear un espacio para reflexionar sobre el rol de las computadoras e Internet en el contexto de pandemia por COVID-19.

Este trabajo surge desde una búsqueda personal para llevar adelante obras que incluyan, en el medio técnico y en el discurso poético, herramientas relacionadas con las tecnologías digitales. Dentro de esa búsqueda, encuentro en el live coding un espacio de trabajo donde las posibilidades compositivas y discursivas son maleables a mis intereses particulares. Considero que entender al código fuente como un instrumento permite ampliar la paleta de recursos disponibles a la hora de hacer obra.

La idea de trabajar con interacciones entre video analógico y digital en formato live cinema surge de la experimentación con diversas prácticas audiovisuales, siempre oscilando entre ambos universos mediáticos. Encuentro en esas contaminaciones y cruces analógico-digitales un punto de partida que dispara reflexiones en torno a cómo percibimos los medios y nos transformamos con ellos. El video operado en vivo permite percibir esas transformaciones en tiempo real, en una suerte de laboratorio audiovisual.

Este trabajo es parte de una búsqueda relacionada al aporte de las grabaciones de campo en los discursos musicales contemporáneos y cómo el componente del ruido determina la identidad de esas grabaciones. Si bien hay un gran desarrollo de este tipo de materiales desde la Música Concreta hasta el hip-hop, el objetivo es generar una narrativa musical que explore la dimensión poética de la muestra de audio más allá de su utilización como objeto sonoro o como un elemento rítmico de carácter referencial.